Lo tomaron como una broma. Nadie creyó a Luis, el empleado modélico de Konecta, cuando el pasado martes una compañera anunció en la sala donde trabajaba que se había hallado una cámara oculta en el baño de mujeres. "He sido yo", dijo antes de marcharse. Sus compañeros pensaron que era una broma y que se había ausentado para cenar, su turno acababa a las 23:00 horas. Pero Luis no volvió, ni ese martes, ni el resto de los días que debía haber trabajado.
|
etiquetas: camara oculta , baños