En una encuesta para una red social de relaciones se preguntó a los hombres cuál sería su prototipo físico de mujer ideal. Se suele decir que la «mirada masculina» «obliga» a las mujeres a estar delgadas. Lo cierto es que en la encuesta

«la talla de la mujer ideal de estos hombres, fue una sorpresiva 8-10. El 38,8% dijo que su mujer perfecta debiese tener esa talla, mientras que solo un 10% se mostró interesado por una mujer de talla 2-4. Esto demuestra que, si bien las revistas llenan sus páginas con modelos delgadas, al parecer los hombres prefieren un cuerpo un poco más curvilíneo».

Dejo en los comentarios un artículo sobre una antropóloga que estudió estos gustos conforme a la clase social. Según ella a la mayoría de los hombres les gustan las mujeres con un cuerpo «donde haya que agarrar» y que no se corresponde con el ideal esbelto. Su visión parece mucho más realista.

Es el producto cultural de una sociedad cuyos avances tecnológicos han superado a la capacidad humana para adaptarse y ajustarse funcionalmente. Si va a haber respuestas, y creo que al final las habrá, se encontrarán en una comprensión más matizada de la condición humana que va más allá del etiquetado de todo el comportamiento disfuncional como una falla en el carácter.

Se han escrito ríos de tinta sobre la imagen del osado guerrero que rescata a una doncella en apuros (generalmente princesa) de las garras de un malvado monstruo. Desde la perspectiva de género, esta imagen se ha citado en las narrativas tradicionales y modernas para criticar la pasividad de la doncella, la imagen de la mujer como un ser desvalido, su carácter de trofeo, etc. El análisis que realizaremos en este blog partirá de una perspectiva diferente: nos centraremos en casos históricos donde esta narrativa se ha empleado para alcanzar fines políticos utilizando la desechabilidad masculina.

Distintas tablas sobre diferentes variables en función del género en España.

“Rendirse” es una palabra fea. con muy poco prestigio y que no aparece entre las posibilidades conductuales que usamos en psicología o en Medicina. Rendirse está mal visto, es por eso que se prioriza la lucha.

El número de este mes de ‘The Psychologist’, la revista oficial de la BPS, hablaa sobre los hombres. Y desde un lugar distinto al que estamos acostumbrados, desde los problemas y las desigualdades que afectan al hombre.

Lo importante es que las personas logren identificar la violencia y detenerla». Lo cual incluye, obviamente, a los hombres.