Muchas discusiones sobre temas de género han terminado con la invocación de un pasado en el que la mujer ha sido explotada y oprimida consistentemente por el varón, llevando a la necesidad de realizar enmiendas en el presente a fin de rectificar la histórica injusticia. Este discurso sobre el pasado en no pocas ocasiones desemboca también en actitudes revanchistas, ¿pero hasta qué punto es cierto?