Los incentivos: el mayor problema de lo público

Después de colgar en otro apartado este maravilloso texto sobre el fraude, creo que estaría bien darle un pequeño repaso a cual es el principal problema que padece todo lo que es administrado desde el Gobierno o desde una institución pública.

A menudo, y más en foros como este, se dice que esto o aquello debería nacionalizarse, o ser administrado por el Estado. Otros alegan que, cuando se hace semejante cosa, todo funciona mal y acabamos pagando el pato a escote. Puede que ambos tengan su parte de razón, pero como ya conocemos de sobra los incentivos de la iniciativa privada, que son enriquecerse y el que venga detrás que arree, vamos a ver cual es el problema de incentivos que golpe a todo lo público:

El principal es que, en democracia, los administradores públicos reciben los votos de los administrados pero no pagan los gastos. Por esa razón, pro ejemplo, los funcionarios tiene mejores condiciones laborales.

En una negociación laboral del sector público, ¿qué puñetero incentivo tiene el político para negociar con dureza? Él quiere los votos de los funcionarios, pero no les va a pagar de su bolsillo. ¿Por qué demonios les iba a negar una reducción de jornada, días de asuntos propios, moscosos, más vacaciones o lo que sea? ¿Por qué iba a hacer una cosa así cuando su deseo es quedar bien y el coste personal de sus decisiones es cero?

¿Por qué un jefe de servicio va a controlar que los funcionarios a su cargo cumplan el horario o cumplan con las tareas asignadas? ¿Para quedar mal con los compañeros? ¿No es mejor decir que no es posible y exigir más personal? Con eso aumenta su poder (más personas bajo su mando) y tiene a todo el mundo contento y tranquilo. ¿Por qué demonios se iba él a malquistar con la gente con la que trabaja a diario sin ganar nada?

Yo lo he visto en León en diversos servicios municipales. Vive y deja vivir. Si no se podan los árboles ahora, se podarán cuando toque. O nunca. Si la gente no va a trabajar, o llega tarde, el capataz los tapa, el concejal tapa al capataz, y el alcalde al ciudadano. ¿Qué coño importan los putos árboles? ¿Vamos a llevarnos mal por eso? Las bombillas ya se irán cambiando. Las obras de una calle, que deberían llevar un mes, que lleven siete, que total nos van a mandar a otro lado. En el sueldo nos engañarán, pero en el trabajo...

La tragedia de lo publico es que los administradores no se ven perjudicados pro su generosidad con lo que no es suyo, ni por sus malas decisiones. Los bancos públicos, como el ICO, tiene tasas de morosidad muchas veces mayores que los privados porque dan créditos sabiendo que serán incobrables, y lo hacen porque nadie les pedirá cuentas y les importa, sobre todo, quedar bien y cambiar por favor por favor. Las empresas públicas pagan mejores sueldos porque los que los acuerdan no los pagan de su bolsillo.

Lo público cuesta más porque controla significa llevarse mal con alguien, y no vale la pena asumir ese coste a cambio de nada.

La tragedia de lo público es que la combinación de democracia y propiedad común sólo genera incentivos perversos.

Lástima.