El Satisfyer y la cuarta humillación

Es conocido un texto de Sigmund Freud donde explicaba que el narcisismo del hombre ha sufrido históricamente tres humillaciones por parte de la ciencia, a la cual más intensa. La primera fue la que infligió Copérnico cuando mostró que la Tierra, lejos de ser el centro de Universo, no constituía si no una parte insignificante del sistema cósmico. La segunda es responsabilidad de Darwin y la Teoria de la Evolución, al demostrar nuestra ascendencia animal. Expulsó al ser humano de su supuesta posición divina y superior sobre los demás animales.

La tercera mortificación para Freud es de su propia creación, pues el psicoanalisis a su juicio mostró que ni siquiera el Yo consciente era el dueño y señor de su psique, si no debía compartir la mente humana con instancias fuera de su control como el inconsciente.

Y en esto llegó el satisfyer y nos están aplicando la cuarta humillación, y a pilas. No hay hombre que pueda desencadenar una secuencia de orgasmos tan seguros, repetidos y disponibles como este aparatito, parece ser. Algunos siempre sospechabamos que la sexualidad femenina nos podia adelantar por la izquierda. Al menos nos queda el morbo y la curiosidad. Y la incómoda sensación de que un aparato de 30 euros fabricado en China abarata nuestra virilidad. Mal siglo para creerse imprescindible.