Sobre armenios y azeríes

Hace unos días apareció en esta web un artículo esbozando el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán de manera superficial y ligera, tanto que acaba por dar a entender que Azerbaiyán tiene la justificación y la razón de su parte.

Es el riesgo de ser superficial, que te puedes perder importantes claves para entender un evento de cualquier tipo. Aunque en este caso parece que hay un sesgo muy marcado, porque en las mismas fuentes que ofrece el autor se hace una aproximación al conflicto de los años 90 de manera mucho más extensa y objetiva.

Así que por puntos me gustaría aclarar que:

1) El alto Karabaj ha tenido siempre población armenia de manera mayoritaria. Desde antes de la era cristiana. Si fue incluido en la R. S. S. de Azerbaiyán fue por motivaciones políticas de Moscú en los años 20, y siempre por la misma razón de fondo: en Bakú hay petróleo y conviene afianzar la extracción del mismo.

2) La guerra de los 90 no estalló porque azeríes y armenios se odiaran, estalló porque Azerbaiyán quiso llevar a cabo una limpieza étnica dentro de sus fronteras, para lo cual no sólo se valió de la expulsión sino que fomentó los saqueos, los asesinatos, las violaciones y en definitiva el odio institucional y generalizado a los armenios. es.m.wikipedia.org/wiki/Pogromo_de_Bakú; es.m.wikipedia.org/wiki/Pogromo_de_Sumgait

2) Señalar que Armenia ganó la guerra por el apoyo de Rusia es una broma de mal gusto para los armenios que tuvieron que luchar con escaso material contra el mucho mejor pertrechado ejército azerí. La URSS no movió un dedo para impedir las matanzas de armenios, lo único que les interesaba es que el flujo de petróleo no se cortara abruptamente. Hubo combates a pocos kilómetros de donde estaban estacionadas divisiones soviéticas.

Rusia, otro tanto. Intervino en la zona para formalizar un tratado de paz que salvara la cara de Alíev de su derrota, al formalizar que el Nagorno Karabaj seguiría siendo de iure azerí.

La posterior alianza con Armenia siempre fue muy frágil y ambigua, pues a Moscú le interesa tener un aliado entre la Georgia pro occidental y el Azerbaiyán pro turco. Pero Rusia sobre todo desea estabilidad en la zona, antes que mirar por los intereses de Armenia.

3) Respecto al ratio de bajas, es interesante ver en la wikipedia el número de tropas en combate. En cada momento, hubo el doble de soldados azeríes que de armenios. Azerbaiyán se desgastó y mandó a la tumba a muchos de sus soldados en ofensivas inútiles y mal planificadas, realizadas sobre todo por exigencias políticas contra un enemigo peor armado pero bien atrincherado en un terreno montañoso y con una moral alta por el sentimiento de estar defendiendo su tierra. Como está pasando ahora en Yemen, a veces el pequeño le zurra al grande, sobre todo si el grande está lleno de soberbia y autocomplaciencia y el pequeño juega en casa.

4) ¿Y dónde están las bajas civiles de los azeríes? La respuesta es que fueron mínimas. Armenia, a diferencia de Azerbaiyán, ni bombardeó pueblos o ciudades azeríes lejos de la línea del frente ni también a diferencia de Azerbaiyán, promovió matanzas. Las únicas fuentes que afirman lo contrario son azeríes o turcas con nula credibilidad, a diferencia de las bastante bien documentadas matanzas de armenios en Azerbaiyán.

Lo que sí hicieron los armenios, al igual que los azeríes, es proceder a la limpieza étnica de los territorios controlados. Esto objetivamente está mal, pero es la única forma de garantizar que Artsaj no esté aislado de Armenia, y por otra parte, es la misma política que usaron sus enemigos aunque sin derramar sangre.

En resumen, que Azerbaiyán perdió la guerra de los 90 por una serie de errores políticos y militares, que en vez de subsanar sirvieron para justificar un odio todavía mayor hacia sus vecinos y que la corrupta clase política de Bakú siga en el poder.

Pero tanto han alimentado al monstruo del nacionalismo que al final se han vuelto a lanzar al ataque. De momento, y a expensas de unas modestas ganancias territoriales, las bajas de Azerbaiyán están entre dos y tres veces las armenias, y si miramos el coste del material militar destruido, en el que Bakú se ha gastado buena parte de los ingresos petroleros de los últimos 25 años, el resultado es demencial. Y no cesa la propaganda y la retórica belicista del gobierno de Alíev, que ha sido el agresor y el primer culpable de los muertos y heridos y de la destrucción provocada.

Termino diciendo lo mismo que al principio, no es correcto hacer juicios de valor sin conocer en esencia el problema.