El 23 de septiembre, Yamagata envió una carta a Saigo invitándole a abandonar su lucha. Ya había demostrado su valor, pero ya no había nada que ganar de seguir con los combates. Yamagata nunca usó la palabra "rendición" ni ofreció clemencia pero declaró que entendía las motivaciones de Saigo. Este no respondió y sobre las 3:55 de la mañana el ejército imperial comenzó su asalto final a Shiroyam