Las mujeres, el cabello y el velo

El hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a su cabeza; [5] y la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra a su cabeza, exactamente como si estuviera rapada. [6] Si una mujer no se cubre con el velo, que se corte el cabello. Pero si es deshonroso para una mujer cortarse el cabello o raparse, que se ponga el velo.

[7] El hombre, no debe cubrir su cabeza, porque él es la imagen y el reflejo de Dios, mientras que la mujer es el reflejo del hombre. [8] En efecto, no es el hombre el que procede de la mujer, sino la mujer del hombre; [9] ni fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. [10] Por esta razón, la mujer debe tener sobre su cabeza un signo de sujeción, por respeto a los ángeles. [11] Por supuesto que para el Señor, la mujer no existe sin el hombre ni el hombre sin la mujer. [12] Porque si la mujer procede del hombre, a su vez, el hombre nace de la mujer y todo procede de Dios.

[13] Juzguen por ustedes mismos: ¿Les parece conveniente que la mujer ore con la cabeza descubierta? [14] ¿Acaso la misma naturaleza no nos enseña que es una vergüenza para el hombre dejarse el cabello largo, [15] mientras que para la mujer es una gloria llevarlo así? Porque la cabellera le ha sido dada a manera de velo. [16] Por lo demás, si alguien es amigo de discusiones, le advertimos que entre nosotros se acostumbra usar el velo y también en las Iglesias de Dios.

San Pablo (1 Corintios 11:4-16)