Empresas checas, eslovacas y húngaras se han unido para suministrar conjuntamente nuevos radares 3-D con los que reemplazar el sistema de construcción soviética P-37, que aún se utilizan en sus respectivas fuerzas armadas. El objetivo también es mejorar la interoperabilidad entre la defensa de los tres países y dotarse de sensores impenetrables para Rusia.