Las mujeres bisexuales sufren mayores problemas de salud mental que las lesbianas, según un estudio elaborado en el Reino Unido que publica este miércoles la revista científica "Journal of Public Health".

Llamados indecis@s y promiscu@s, a menudo ignorad@s por el movimiento LGBT, las personas bisexuales luchan por derechos básicos como la libertad de expresión y de relacionarse libremente con los que comparten el afecto o sienten atracción. Indecis@, promiscu@, que están en medio, confudid@s e infieles. Muchas personas bisexuales se han catalogado con términos como estos para referirse a su orientación sexual. Además de muy agotador, la cuestión es aún peor cuando genera sufrimiento y la exclusión.

Detrás de esas dos complicadas ensaladas de letras está, para entendernos, la base biológica de la identidad sexual (que te sientas quién eres sexualmente) y la orientación sexual (quién te atrae). Y lo que todavía es más sorprendente: Frente a un test genético respecto a la correspondencia entre datos biológicos y la identidad (qué te sientes, cómo te identificas), los resultados atendiendo a INAH3 y BSTc son más exactos.

Conclusiones sorprendentes e importantes sobre la sexualidad en la cultura Inuit.

Las personas bisexuales tienen menos tendencia a comunicar su orientación sexual porque todavía no está bien visto por la sociedad. "las personas bisexuales sufren más riesgo de quedar marginadas o aisladas no sólo en la sociedad sino también dentro de las comunidades de gays y lesbianas". Una revisión de 77 informes mostraba que "las personas bisexuales tienen un riesgo de suicidio más alto que los homosexuales y heterosexuales, y mayores tasas de ansiedad o depresión".Y no sólo en el caso de las mujeres, sino también en el de los hombres.

Un amigo homosexual cercano a los 45 años, me criticó por omitir en mis columnas temas tan escabrosos como cotidianos, según me señaló. Apelando a su propia experiencia, me informó que el porcentaje de maridos chilenos bisexuales era más alto de lo que uno remotamente imaginaba. Según sus palabras, múltiples veces había sido buscado por hombres casados, con hijos, y muchas otras había tenido encuentros sexuales con ellos. Tras las citas, nada había cambiado en la vida de sus esporádicos y efímeros amantes.