Teletrabajo. Apertura de la competencia laboral con deslocalización regional e internacional

Para ver las repercusiones a medio plazo de la implantación de un nuevo modelo productivo basado en el teletrabajo, podemos observar lo que viene ocurriendo en los países más avanzados tecnológicamente, adelantados en su despliegue.

Como muestra el artículo de El Confidencial con el caso de Facebook en EE.UU., el cambio a un modelo productivo donde predomine el teletrabajo supondría para las empresas la oportunidad de pagar menos a aquellos trabajadores ubicados en las zonas geográficas donde el coste de vida es menor, ofreciéndoles un salario más reducido acorde al coste de vida de la zona de residencia. O lo que es lo mismo, es una fórmula para tirar los salarios de los trabajadores por tierra.

También especula el artículo con la traslación a la realidad de nuestro país, que se caracteriza por unas brechas salariales entre las capitales, Madrid y Barcelona principalmente, y el resto de las provincias. Si bien el artículo especifica que la medida adoptada por Facebook de imponer un sueldo en función de la residencia del empleado no tiene encaje legal en nuestro país, su objetivo, el de aprovechar la brecha salarial entre regiones, es perfectamente alcanzable por la precariedad salarial del convenio colectivo sectorial, gracias a la firma de las centrales sindicales a sueldo de la patronal, CCOO y UGT, donde los sueldos mínimos son tan bajos que incluso quedan por debajo del SMI.

La aceleración que ha dado el estado de alarma a la implantación del teletrabajo en las empresas, convierte en una realidad ya la posibilidad para las empresas de aprovechar la brecha entre regiones para bajar los sueldos. La prueba evidente de ello la tenemos en la adaptación que los portales de empleo ofertando trabajos de teletrabajo exclusivo:

tecnoempleo.com: Trabajo remoto: Nuevos tiempos, nuevas formas de trabajar

Las empresas del sector TIC ya trataron anteriormente de aprovechar esta brecha salarial regional con la estrategia de las Software Factory, abriendo delegaciones en ciudades de provincias que preferentemente contarán con una universidad que les proveyera de ingenieros a menor precio que en la capital.

El teletrabajo podría ser visto con buenos ojos por muchos trabajadores de provincias que por su arraigo no pueden o quieren dar el salto a las grandes capitales para trabajar, pensando que supondrá un incremento en el número de ofertas a su alcance respecto a las que tenían antes del teletrabajo. Sin embargo, a día de hoy, puesto que los avances tecnológicos permiten desvincular completamente a un trabajador de un espacio de trabajo concreto, la realidad que se dibuja es la de un mercado de trabajo globalizado donde no hay fronteras, que alcanza a cualquier parte del mundo que disponga de infraestructura de telecomunicaciones. Esto básicamente supone abrir el mercado laboral a nivel mundial, la incorporación masiva de nuevos demandantes procedentes de países en proceso de desarrollo, con trabajadores que alcanzan niveles técnicos equiparables, y con derechos laborales inexistentes, que entran así a competir por unos puestos de trabajo reducidos, lo que por oferta y demanda se traduce en una grave reducción de sueldos.

Igualmente, la desvinculación empresa/trabajador que trae el nuevo modelo de producción permite la fuga de las empresas a terceros países buscando esquivar sus obligaciones fiscales. Aunque no es un fenómeno nuevo, siendo Irlanda un ejemplo de atracción de empresas tecnológicas por las ventajas fiscales, el teletrabajo permite que el país de destino no tenga que disponer de un sistema educativo que provea de trabajadores cualificados.

La estrategia de generalizar el teletrabajo supone una vuelta de tuerca en el proceso de deslocalización para alcanzar a cada trabajador individualmente. De igual forma que se hizo en el pasado con las fábricas, trasladando la producción del sector industrial al continente asiático, con el modelo denominado globalización, y que persiguió abaratar costes laborales localizando las fábricas en países con mano de obra más barata, ahora la deslocalización también alcanza a cualquier sector donde el trabajo se realice desde un equipo informático, e igualmente busca la maximización de las ganancias empresariales a costa de la precarización, la bajada de salarios, y supondrá mayores tasas de desempleo.

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