Todos los sindicatos son mis sindicatos

Algunas veces los liberados sindicales, cuando están de visita en los centros de trabajo o cuando acuden a ellos para la celebración de alguna asamblea (que muchas veces de asamblea tiene poco y no es más que una especie de monólogo), responden a las preguntas incómodas o a los reproches que les ponen en un compromiso por parte de los trabajadores no afiliados a sus siglas con el clásico “eso pregúntaselo a tu sindicato” o “eso díselo a tu sindicato”, y con ello se escabullen de posicionarse o tomar parte en asuntos que prefieren evitar; a veces por ignorancia sobre lo que se les plantea, otras veces por no asumir el trabajo de base, en el que en mi opinión estarían obligados a involucrarse por ser parte de su responsabilidad al haber aceptado la condición de delegado, o de simple liberado, y porque prefieren tratar grandes asuntos con categoría de Real Decreto, que les pillan más lejos, antes que bajar al barro y ver qué es lo que ocurre realmente en los centros de trabajo.

Ante este tipo de escaqueos creo que la respuesta es sencilla: Todos los sindicatos son mis sindicatos. Desde el momento en que un sindicato percibe subvenciones, dinero, y cuando mantiene a liberados sindicales que perciben un salario por dedicarse a ello desempeñando una dedicación exclusiva en el ámbito sindical, todos lo sindicatos son mis sindicatos, porque de alguna manera todos estamos financiando ese sistema con nuestro trabajo, seamos o no afiliados, y no solo mediante el pago de las cuotas sindicales. Y porque los acuerdos que los sindicatos firman afectan a todos los trabajadores por igual, sean o no afiliados a sus siglas.

Por eso a los sindicalistas hay que exigirles, y mucho. Han de saber que no están en esa situación por gracia divina, sino porque los trabajadores se lo conceden, pero para que ayuden, para que aporten. Y que tenemos el poder de echarlos fuera de ahí si no cumplen. Ya está bien de creer que los sindicalistas son simplemente esos tipos que te recitan los artículos del convenio, que es público y accesible para todos, para que tú te puedas ahorrar leerlo y así tengas más tiempo para poder ver una película. Su responsabilidad es mucho mayor, y la nuestra también.