Hace un rato socorrí a un repartidor de pizza que lo atropelló un auto. Mientras yo llamaba al Same, el hombre - tirado en el piso y sangrando- avisaba a la app que había tenido un accidente. Lo único que le importaba a ellos era el estado de la pizza. Perverso es poco.
"Los nuevos jornaleros. En el centro de Madrid, a las 3 de la tarde, comiendo en la calle a 35 grados, esperando a que el señorito (una aplicación) les dé trabajo: llevar comida en sus propias bicicletas por unos 2€ el porte. Esto es el progreso!!"