Ni colegios, ni residencias, ni ERTEs, ni ingreso mínimo vital, ni visitas a familiares, ni encuentros en casas y mucho menos bibliotecas o museos. Lo único que importa son las terrazas.
"Estoy tomando algo con mi pareja. Hemos pedido una caña y un zumo de melocotón. Adivinad quién ha pedido la caña y a quién se la han puesto". Laura cuenta su experiencia machista y abre un debate