El correo corporativo sigue siendo un vector de entrada interesante para realizar una intrusión. Con el paso de los años se ha ido mejorado la seguridad de las pasarelas de mensajería y de los endpoints, pero hoy en día siguen surgiendo nuevas técnicas capaces de evadir muchas de estas protecciones. En esta entrada vamos a ver un par de claros ejemplos que os harán pensar en la (todavía) peligrosidad de abrir un fichero adjunto, sobretodo si se trata de un remitente desconocido.