Armando Guerra es hombre de paz y se irá del edificio que quieren derribar en Pontevedra

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Armando Guerra, con su inseparable libro, saliendo del edificio en el que lleva casi tres décadas y del que es el último inquilino.
Armando Guerra, con su inseparable libro, saliendo del edificio en el que lleva casi tres décadas y del que es el último inquilino. CAPOTILLO

El último inquilino del número 3 de Gutiérrez Mellado ya embala sus cosas para mudarse

14 mar 2023 . Actualizado a las 12:04 h.

Armando Guerra no está dispuesto a hacer honor a ese bélico juego de palabras que hacen su nombre y apellido. Todo al contrario, asegura que lo que más desea es la paz y por eso ha comenzado a empaquetar sus cosas. Él es el último inquilino que queda por salir del edificio número 3 de la calle Gutiérrez Mellado; un inmueble que la propiedad, la promotora Hercor, quiere tirar. En principio, Armando se marchará del inmueble en el mes de abril. Se le acababa el contrato en mayo, pero «por tener paz» es muy posible que acceda a marcharse antes.

Armando, músico, pintor y un personaje de la cabeza a los pies, lleva casi tres décadas viviendo en ese edificio. Ahí tiene todos sus cuadros y libros, que se cuentan por decenas. Así que la mudanza no se antoja fácil. Pero él, retranca andante, señala: «Para algo están los colegas, tendrán que ayudar». Luego, explica que se mudará a otro edificio del centro. En el suyo ya no le quedaban vecinos. Incluso los timbres están desconectados ya de arriba a abajo como evidencia de que los inquilinos ya volaron hacia otra parte. Eso sí, algunas oficinas que se ubicaban en ese céntrico inmueble todavía tienen carteles con sus nuevas direcciones.

En la parte de abajo del inmueble ya fueron colocadas vallas de obra hace tiempo, a la vez que se tapió la salida de las galerías Oliva, ya que este edificio está sobre parte de ellas. Un día, tímidamente, empezaron los trabajos que, previsiblemente, anunciaban que se iniciaba la demolición. Pero lo cierto es que, a vista de pájaro, los trabajos van despacio y allí no hay regularmente operarios, sino solo de cuando en vez. 

El segundo pintor que se muda

Con la mudanza de Armando Guerra, el edificio ya quedaría despejado —en el único sitio donde había movimiento además de en casa de este hombre era en la planta alta, pero se trata de una oficina de la propia Hercor—. Se da la casualidad de que es el segundo pintor que se muda a cuenta de los planes de derribo de esta promotora. Porque en el otro edificio que quiere demoler, el colindante, que hace esquina con la calle Michelena, también vivía un artista, Rafa Prieto, que además tenía su academia en el inmueble. Él era el único residente en este edificio ya que, después de que hace unos años se mudase una vecina de avanzada edad, el resto de los pisos los ocupaban negocios y oficinas.

Rafa Prieto, al principio, no veía claro lo de mudarse, porque creía que no iba a encontrar un espacio para continuar con su actividad. Pero finalmente se marchó «por las buenas». Como Armando, dice que no tenía ganas de jaleos. Él se fue hasta Tenorio, a una casa que le está permitiendo reconectar con el mundo rural. Asegura que no puede estar más feliz: «Hasta me estoy haciendo un huerto», cuenta desde allí. Señala que la parte más difícil es la de mantener las clases de pintura, aunque algunos alumnos que acudían a clases en el centro de Pontevedra se están desplazando hasta Cotobade. «Estoy como si fuese a rodar la segunda parte de La Casa de la pradera», concluye entre risas.