Es noticia
Unai Sordo: "No hay que poner un impuesto a la IA, sino disputar los beneficios que genere"
  1. Economía
Entrevista | secretario general de CCOO

Unai Sordo: "No hay que poner un impuesto a la IA, sino disputar los beneficios que genere"

El secretario general de CCOO considera que será necesario generalizar un sistema de rentas mínimas para proteger a los trabajadores perdedores de la irrupción de la inteligencia artificial

Foto: Unai Sordo posa para El Confidencial en la sede de Comisiones Obreras en Madrid. (D. G.)
Unai Sordo posa para El Confidencial en la sede de Comisiones Obreras en Madrid. (D. G.)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La irrupción de la inteligencia artificial promete ser el cambio más relevantes que haya vivido el mercado laboral en el último siglo. Cómo se gestione su adopción será clave para el crecimiento futuro del país, pero también para el reparto de la renta en la sociedad. Para los sindicatos, será un gran reto, porque tienen que compaginar la protección de los trabajadores con el impulso del crecimiento y de la creación de empleo. Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, lo tiene claro: no hay que entorpecer el progreso, pero hay que repartir los beneficios que genere y evitar que nadie se quede atrás. Y el reparto de los beneficios no solo consiste en distribuir la renta, también en liberar tiempo de trabajo para ganar tiempo de ocio o familiar.

La inteligencia artificial llega también a un mercado laboral muy dinámico, pero golpeado por la precariedad, el envejecimiento y la desigualdad. La inflación ha provocado que millones de trabajadores hayan perdido poder de compra, por lo que la batalla inminente para el sindicato será conseguir que los convenios colectivos suban por encima de la inflación.

PREGUNTA. ¿Van a ganar poder adquisitivo los trabajadores en 2024?

RESPUESTA. No lo sé. Espero que sí y creo que sería positivo para los trabajadores y también para la economía española. Si se cumple lo que tenemos acordado en el AENC de trasladar las subidas salariales a los convenios y se mantiene la senda descendente de la inflación, podría ser que los trabajadores ganen poder adquisitivo por la subida de los salarios de convenio.

P. El Observatorio de Márgenes muestra que los márgenes empresariales han crecido por la moderación de los costes intermedios. ¿Van a utilizar esta estadística para mejorar los convenios en la negociación colectiva?

R. Sí. Está ocurriendo lo que nosotros preveíamos, que la inflación estaba vinculada al incremento de costes energéticos de algunas materias primas y de estrechamiento de las cadenas de valor que viene desde el año 2021. Esto generó un incremento de los costes que las empresas imputaron en muchos casos a precios. Pero en el momento en que se produce una contención de esos precios de los productos básicos, es decir, de los productos energéticos y las materias primas, no hay una corrección a la baja de los precios, simplemente se contiene la evolución de la inflación, con lo cual quedan márgenes empresariales más amplios que, en nuestra opinión, tienen que distribuirse a los salarios. Creo que hay margen para que la demanda interna de nuestro país sostenga la economía sin perder competitividad externa, como se está demostrando.

Foto: Unai Sordo atiende a El Confidencial en la sede de Comisiones Obreras en Madrid. (Daniel González)

P. El empleo ha mantenido un gran dinamismo mientras se adoptaban reformas muy importantes, como la laboral o la subida del SMI.

R. Desde el año 2020 en adelante, se ha demostrado que interviniendo en el mercado laboral, por ejemplo, sosteniendo el empleo con los ERTE en lugar de facilitar el despido o con una reducción drástica de la temporalidad, se podía fortalecer la economía española. Ahora el reto es continuar con este cambio de incentivos, porque se nos ha vendido la moto de que para mejorar los salarios había que mejorar previamente la productividad y lo que se está demostrando es que mejorando los salarios se pueden favorecer a largo plazo los proyectos empresariales que basan su ganancia en la productividad. El reto creo que es profundizar en el camino que hemos emprendido, porque sigue habiendo muchas malas empresas, mucha precariedad y salarios bajos en España, no lo olvidemos.

"Sigue habiendo muchas malas empresas, mucha precariedad y salarios bajos en España"

P. ¿A qué se refiere con malas empresas?

R. A empresas que obtienen su rentabilidad de deteriorar condiciones de trabajo, de pagar sueldos bajos o de competir en mercados cautivos donde no hay una verdadero estímulo a mejorar la productividad por otras vías como la estabilidad en el empleo, los sistemas de formación, la mejora de los sistemas de trabajo, la inversión en digitalización... Yo creo que el déficit de inversión privada que sigue teniendo España es una de las variables más preocupantes.

P. Ha pedido un cambio en la regulación del salario mínimo interprofesional (SMI) para que las subidas no puedan ser absorbidas por los complementos salariales. ¿Esto está ocurriendo de forma sistemática?

R. La estructura salarial que tienen muchos trabajadores en España es de un salario base, que a veces está ligado al SMI, y una serie de complementos salariales y extra salariales en función de multitud de variables como la presencialidad, los turnos, etc. Queremos que el sistema de pluses que se establezca no pueda ser absorbido con los incrementos del salario mínimo. Es decir, que si yo tengo un plus de 50 euros al mes por encima del SMI, cuando sube el SMI no se recorte ese plus. Nosotros pensábamos que se podía disputar eso jurídicamente, pero la jurisprudencia en ese terreno no nos está saliendo bien y tenemos que buscar otra vía, que es incorporar al decreto del salario mínimo una limitación para que todos esos pluses no puedan ser absorbidos.

P. Una de las mayores preocupaciones que tienen los trabajadores es la irrupción de la inteligencia artificial. ¿Qué se puede hacer para que no deje muchos perdedores?

R. Este es el gran debate y no es fácil dar una respuesta taxativa. Todo el mundo sabe que la digitalización del sector de la inteligencia artificial está cambiando la caracterización de muchos puestos de trabajo y también está destruyendo otros. Además, está amenazando puestos de trabajo que antes se pensaba que no estarían amenazados.

placeholder Unai Sordo, durante su entrevista con El Confidencial. (D. G.)
Unai Sordo, durante su entrevista con El Confidencial. (D. G.)

P. Trabajadores que se pensaban intocables por los avances digitales.

R. Claro, es que la inteligencia artificial está aprendiendo a pensar sola y amenaza a empleos de la clase media y alta. Hay que regular la utilización de la inteligencia artificial, por ejemplo, los algoritmos. También hay que articular las relaciones laborales y poner en marcha procesos de formación y cualificación permanente para que las transiciones de empleo dejen atrás al menor número de trabajadores posible. Dicho esto, yo creo que la IA va a apelar, antes o después, a una mejora de los sistemas de protección de rentas. No es muy realista pensar que no vaya a haber víctimas de esta brutalidad de cambio, y esto no puede ser equivalente al aumento del número de personas en la pobreza y la exclusión. Las rentas mínimas garantizadas van a tener que jugar un papel importante en las próximas décadas y se necesitará una fiscalidad justa para sufragarlas. Se supone que esos procesos de digitalización van a mejorar fuertemente la productividad, y esas ganancias hay que disputarlas.

"Las rentas mínimas van a tener que jugar un papel clave en las próximas décadas"

P. ¿Desde la capilaridad que tiene el sindicato ya se percibe que las empresas han empezado a sustituir mano de obra por inteligencia artificial?

R. Es una transición más paulatina de lo que se quiere hacer ver, pero está aquí ya.

P. En su momento se habló de un impuesto a los robots o de una cotización.

R. Esa fórmula me parece mejorable, yo optaría por elevar los impuestos sobre beneficios y disputar las ganancias de productividad entre las empresas, los trabajadores y el sector público. Gravar con un impuesto los robots se ha vuelto más difícil con la inteligencia artificial. Además, en términos de civilización, estos procesos de avance no los veo negativos, por lo que no respaldo ponerle un impuesto al que invierte en mejorar digitalmente una empresa. Hay que centrarse en disputar los beneficios en el impuesto de sociedades o impuestos a las fortunas, así como mejoras de salarios o reducción de la jornada de trabajo. Pero un impuesto a los robots o a la IA no me hace mucha gracia, le veo un cierto punto de ludismo fiscal.

P. En 2025, la AIReF revisará cómo está funcionando la reforma de las pensiones y podría reclamar ajustes en el sistema. Si fuesen necesarios, ¿qué tipo de ajustes son los apropiados?

R. En principio, ya está pactado. Tendrían que intervenir el Pacto de Toledo y el marco de diálogo social, y en todo caso se actuaría sobre las cotizaciones sociales. Yo creo que en principio esa es la fórmula pactada y vamos a esperar, también porque muchas de las previsiones económicas que se hacían han quedado superadas por la evolución de la actividad y del empleo. Yo creo que la estructura de ingresos de la Seguridad Social tiene márgenes de mejora, como tocar los tipos de cotizaciones. También hay que ver cómo evoluciona la composición del empleo, porque si los fondos Next Generation movilizan también la inversión privada, se pueden generar puestos de trabajo en segmentos de alta productividad con salarios medios y altos. Esto aumentaría los ingresos por cotizaciones sociales.

Foto: El secretario general de CCOO, Unai Sordo, durante la rueda de prensa. (Europa Press)

P. ¿Por qué no está funcionando el registro de jornada?

R. Porque hay todavía un déficit en la utilización de las posibilidades que hoy en día ofrece la tecnología. Seguimos teniendo un tejido de pequeñas y medianas empresas donde hay poca digitalización. Además, la Inspección de Trabajo tiene que dar todavía un salto de calidad en el uso de los datos y de la inteligencia artificial. No puede ser solo un inspector visitando un bar y mirando los horarios de entrada y de salida, sino que hay que acomodar la inspección a las nuevas realidades.

P. ¿Hay muchas empresas que directamente no tienen registro de jornada?

R. Yo creo que hay un escalón evidente entre las empresas que tienen representación sindical y las que no tienen. El sindicato tiene mucha capilaridad, pero lógicamente no está en todos los sitios. Allí donde estamos hay más elementos de control y donde no estamos, directamente hay menos.

P. ¿Qué habría que hacer para reformar el registro de jornada y que tenga aplicación efectiva?

R. Yo creo que hay muchas fórmulas distintas y depende del tipo de centro de trabajo que se pueda llegar a tener. Yo creo que la utilización hoy en día de los datos es determinante y que las distintas administraciones pudieran cruzarlos.

Pero tan importante como la duración de la jornada es la distribución del tiempo de trabajo

P. Del buen funcionamiento del registro de jornada va a depender la efectividad de la reducción del tiempo de trabajo que quiere impulsar el Ministerio de Trabajo.

R. Sí. Pero tan importante como la duración de la jornada es la distribución del tiempo de trabajo. ¿Qué se considera tiempo de trabajo? Esa es la trampa, porque la conexión digital ha invadido la vida personal, y no solo en los trabajos más digitalizados. Dicho esto, hay que reducir la jornada legal de tiempo de trabajo.

P. ¿Debería articularse a través de la negociación colectiva?

R. La adaptación tiene que ser a través de la negociación colectiva, pero el marco general lo tiene que situar la ley. El Boletín Oficial del Estado no puede dar respuesta a la multiplicidad de empresas y sectores que existen, esto tiene que derivarse hacia los convenios, pero, insisto, desde un marco general de la ley que tiene que modificarse.

P. Hace unas semanas, solicitó al presidente del Gobierno una reunión para recomponer las negociaciones. ¿Ha tenido respuesta?

R. Somos conscientes de que estamos en un periodo prácticamente preelectoral y hasta que pasen los comicios en Galicia es difícil cualquier visualización de ese marco de diálogo social para la legislatura. Pero yo creo que a lo largo del mes de marzo vamos a poder concretar un espacio tripartito donde definamos cuál es el perímetro del diálogo social y reforcemos un poco los procedimientos.

placeholder Foto: D. G.
Foto: D. G.

P. Lo que sí que es cierto es que el sindicato ha tenido muchas reuniones últimamente con diversos ministros. ¿Percibe que se ha producido un cambio en la voluntad de dialogar del Gobierno tras las dificultades para aprobar los decretos en el Congreso?

R. Sí, yo creo que ha habido un cambio porque hemos elevado el tono. No menos de cuatro o cinco ministerios inmediatamente se pusieron en contacto con nosotros y con el resto de agentes para ir configurando un poco esa agenda de derechos sociales, sanidad, vivienda, trabajo y Seguridad Social. El Gobierno era consciente de que devaluar el marco de diálogo social, con los resultados que había dado en la última legislatura, era una absurdez. La situación se puede reconducir y creo que los problemas van a venir más por el lado de la dificultad de la gobernabilidad en esta legislatura.

P. De hecho, la ley más importante del año, los presupuestos, está ahora en el aire. Y más en un año clave por la vuelta de las reglas fiscales, muy criticadas desde el sindicato. ¿Cuál es el problema que tiene el acuerdo que impulsó Calviño?

R. En España estamos enredados en polémicas, algunas de lo más absurdas, cuando el debate de contexto económico más importante que vamos a abordar estaba pasando desapercibido. Nosotros apreciamos un riesgo y es que el Gobierno de España, como ejercía la presidencia europea, hiciera una lectura demasiado amable para vender un éxito donde quizá no había un éxito. Dicho esto, las normas no han quedado como nosotros hubiéramos deseado, pero evidentemente tampoco es el antiguo. Hay más márgenes para no volver a las políticas de austeridad.

Pero las transiciones digital y energética requerirán de inversiones multimillonarias de recursos públicos. Si Europa no apuesta por renovar palancas como los Next Generation y además recupera políticas de reducción drástica del gasto para ajustar el déficit en los países que estamos más endeudados, el error va a ser mayúsculo y no vamos a pintar nada en el contexto internacional. Tanto EEUU como China están a otra cosa.

"EEUU receta neoliberalismo, pero está inyectando miles de millones públicos"

P. ¿Sería un error que los presupuestos de este año fuesen restrictivos?

R. Evidentemente. Primero, porque la recaudación fiscal ahora mismo lo permite. Y segundo, porque se está demostrando que unos presupuestos medianamente expansivos y un incremento razonable del consumo público están sosteniendo la economía y están rebajando nuestra deuda pública. La reducción de la deuda pública tiene que darse, pero por una reducción del peso de la deuda sobre el PIB, y esto requiere hacerlo en tiempos largos y sin medidas presupuestarias restrictivas. Esto contrasta con Estados Unidos, que receta neoliberalismo, pero está metiendo en la economía cientos de miles de millones de dólares públicos para favorecer las transacciones digitales de sus empresas y relocalizar producción, evitando que se le vaya a producir en otras partes del mundo.

P. La propuesta de Mario Draghi [expresidente del BCE y de Italia] es muy interesante, que las inversiones en la transición ecológica y digital no computen en la senda de déficit.

R. Yo creo que eso ha sido parte de lo que ha quedado por mejorar en las reglas fiscales. ¿Por qué no se hace eso? Porque hay poderes centrales europeos, particularmente el alemán y sus satélites, que siguen teniendo una capacidad fiscal mucho más potente que les permite tener margen para favorecer esas transiciones. Nuevamente, Alemania vuelve a tener falta de visión estratégica, como ocurrió en los últimos años, en que no fuimos capaces de aumentar la integración europea porque Alemania tenía otro modelo. Pero a Alemania se le ha venido abajo con el corte del gas ruso y ellos son conscientes de que no han invertido lo suficiente dentro de su país y que tienen serios déficits en muchos terrenos.

P. Volviendo a la política nacional, ¿qué le parece la propuesta de Sumar de crear un impuesto a las grandes herencias?

R. A mí me parece fundamental que la autonomía fiscal que existe en las distintas autonomías españolas no vaya en detrimento de un marco fiscal que evite la competencia entre unos territorios y otros. No puede ser el populismo fiscal que hacen los gobiernos de derechas reduciendo los impuestos a las rentas más altas, a las rentas más improductivas y a la vez exigiendo recursos al Estado central. A mí me gustaría que hubiera auténticos liberales y auténticos defensores de la meritocracia, pero eso implicaría pensar que en España queda algún liberal organizado, y creo que no es el caso.

La irrupción de la inteligencia artificial promete ser el cambio más relevantes que haya vivido el mercado laboral en el último siglo. Cómo se gestione su adopción será clave para el crecimiento futuro del país, pero también para el reparto de la renta en la sociedad. Para los sindicatos, será un gran reto, porque tienen que compaginar la protección de los trabajadores con el impulso del crecimiento y de la creación de empleo. Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, lo tiene claro: no hay que entorpecer el progreso, pero hay que repartir los beneficios que genere y evitar que nadie se quede atrás. Y el reparto de los beneficios no solo consiste en distribuir la renta, también en liberar tiempo de trabajo para ganar tiempo de ocio o familiar.

Empleo CCOO Inteligencia Artificial
El redactor recomienda