BUNDESLIGA

Bundesliga

El regreso a la Bundesliga del St Pauli, el club más progresista del mundo

El club de Hamburgo asciende a la máxima categoría del fútbol alemán siendo un fenómeno de masas por sus reivindicaciones sociales

El regreso a la Bundesliga del St Pauli, el club más progresista del mundo
Actualizado

El St. Pauli regresa a la Bundesliga. Lo ha hecho después de 13 temporadas en la 2. Bundesliga, en las que intercaló posiciones altas de la tabla -acabó 4º en la 15/16- y bajas -finalizó 15º en la 14/15-. Su vuelta a la máxima categoría del fútbol alemán va más allá del impacto que este club, originario de la ciudad de Hamburgo, ha logrado a nivel nacional e internacional con sus reivindicaciones sociales.

Su diferenciado carácter dentro del deporte rey ha sido un fenómeno de masas, convirtiéndose en pionero en varias movilizaciones y siendo una referencia mundial para muchos aficionados, que han visto en el St. Pauli un espacio en el que disfrutar del fútbol más allá de lo que suceda dentro del terreno de juego.

Progresismo por bandera

El club, fundado en 1910 por dos trabajadores del puerto, estableció el color marrón como principal por la vestimenta de los estibadores, que jugaban con el uniforme de trabajo tras acabar su jornada. Desde su fundación hasta la actualidad, el St. Pauli ha liderado varias reivindicaciones sociales, como ser pionero contra la homofobia y el sexismo o ser el primer club dirigido por un presidente gay y militante de la causa LGTB.

Fuimos de los primeros en promover acciones antirracistas y antihomofóbicas

Sven Brux, líder de los aficionados del St. Pauli

En 1991, incorporó posturas antirracistas y antihomofóbicas a su reglamento interno, además de ser el primero en prohibir cánticos xenófobos en su estadio. Dentro del propio campo, en una de sus paredes, hay un mural con dos hombres besándose bajo el lema "Lo único que importa es el amor".

Entre 2002 y 2010, Corny Littmann, empresario teatral y declarado homosexual, fue el presidente del St. Pauli. Era la primera institución comandada por un dirigente abiertamente gay. Además, en 2002, se retiró del estadio una publicidad de la revista Maxim, por protestas de los aficionados, ya que consideraban que era un uso sexista de las mujeres en sus anuncios.

El cambio de nombre del estadio también ha sido uno de los movimientos más importantes en la historia del club. Entre 1931 y 1969, Wilhelm Koch fue uno de los presidentes del St. Pauli, y su nombre dio denominación al estadio. Años después, la movilización de los aficionados provocó que, después de conocer que Koch colaboró con la Alemania Nazi, se cambiase el nombre del campo a Millerntor-Stadion, que se mantiene en la actualidad.

Un refugio para muchos futbolistas

Además de sus ideas sociales y políticas, el club también ha sido un refugio y amparo para muchos futbolistas. En 2014, el St. Pauli apadrinó al FC Lampedusa, un equipo de refugiados de Hamburgo que llegaron a la ciudad germana tras el desembarco en la isla italiana de más de 7.000 migrantes. El club alemán, en julio de 2016, anunció la fusión con el equipo, entrenado por mujeres miembros de la sección femenina del St. Pauli.

En 2006, el Millerntor-Stadion albergó la FIFI World Cup, un torneo que disputaban selecciones no reconocidas por la FIFA. El club participó bajo el nombre de la "República de Sankt Pauli", selección ficticia compuesta por un combinado de futbolistas no profesionales de la secciones del club. En ese mismo torneo participaron países como Groenlandia, Gibraltar, Zanzíbar, Tíbet y la República Turca del Norte de Chipre, vencedora del torneo.

El Hansa Rostock, su 'rival político'

Su rival histórico y deportivo es el Hamburgo, equipo con el que comparte ciudad y con el que disputa el 'Hamburger Stadtderby' derbi de la ciudad. Pero, en lo político, su rival directo es el Hansa Rostock, equipo que también milita en la segunda división del fútbol alemán.

Los ultras del equipo de la ciudad de Rostock, a 150 kilómetros de Hamburgo, se han manifestado como simpatizantes del fascismo y del nazismo, identificándose con los principios de la Alemania nazi. Máscaras de los ultras del Hansa Rostock con el número '88', símbolo nazi, una pancarta de los aficionados del St. Pauli en Rostock con el mensaje "St. Pauli antifa, rojo o muerto" o la bandera pirata que clavó Deniz Naki, jugador del St. Pauli, en el césped del estadio de Rostock tras vencer, varios de los sucesos entre dos clubes de ideas opuestas.

Dos conceptos políticos totalmente diferentes que han hecho de esta rivalidad, iniciada en 1992, más que un simple enfrentamiento deportivo.

La calavera, su seño de identidad

El St. Pauli, además de tener el color marrón como principal, ha hecho de la calavera de su seño de identidad. Hamburgo, ciudad que tiene el segundo puerto con más tráfico de Europa y que baña el río Elba, conectado con el Mar del Norte, fue epicentro de la piratería en los siglos XV y XVI.

Esto hizo que al St. Pauli se le apodase como "piratas", y en consecuencia, la afición utilizase la calavera con dos huesos cruzados en forma de cruz como símbolo del club. La calavera ha sido un elemento de 'merchandising' tremendo, generando más de un millón de euros con camisetas y banderas.

El St. Pauli, club más 'pirata' y 'rebelde' de Alemania, está de vuelta en la Bundesliga, donde espera navegar durante muchas temporadas con sus ideas y valores que se han hecho populares y, también seguidas, en todos los rincones del globo terráqueo.

Champions LeagueEl italiano Daniele Orsato arbitrará el PSG-Dortmund
BundesligaEl Bayern presenta su innovadora camiseta para la próxima temporada... ¡con un código QR en la manga!
Champions LeagueAsí es Daniele Orsato, árbitro del PSG - Dortmund de la semifinales de Champions League