Los sentenciados están acusados del asesinato de un policía y de cometer actos de violencia contra la policía, entre otros delitos. Los presuntos ataques contra las fuerzas del orden ocurrieron en el sur de Egipto en agosto, después de que la policía desbarató dos campamentos de protesta en El Cairo en el que los simpatizantes de Morsi exigían que su reinstauración en el poder. De los 529, alrededor de 150 se encuentran detenidos, los demas fueron acusados en ausencia