De cualquier modo, ante este repentino bandazo de la OMS, los grandes intelectuales de referencia del facherío (Bertín Osborne, Carlos Herrera, José Manuel Soto y Quique San Francisco, entre otros ilustres cuñados), por no hablar de su coro de espumarajos, se quedaron con el pie cambiado y empezaron a vociferar que la OMS no es más que un nido de etarras bolivarianos dirigidos por un mono borracho.