Los ganaderos brasileños están plantando cacao con el apoyo financiero de grupos ecologistas internacionales --como The Nature Conservancy y Amazon Fund-- y esto supone un gran cambio. Durante décadas, los ganaderos han sido el motor de la tala indiscriminada de la selva, lo que ha llevado a que la Amazonía tenga actualmente un área deforestada que casi alcanza el tamaño de España. Los ecologistas han argumentado que esta práctica destruye la vida silvestre del hábitat y socava la capacidad del planeta para absorber el dióxido de carbono...