Cuando conoció a Juan Carlos I, en 2004, Corinna Larsen era una mujer joven, atractiva e inteligente, divorciada dos veces y madre de dos hijos, pero sin profesión ni patrimonio relevantes. Casi diez años después, en 2013, abandonó España. Se fue, según datos reservados en poder del Gobierno, y ante las protestas de destacados empresarios, con 30 millones de euros en dos cuentas