Es sabido que la Biblia está llena de historias de aventuras cruentas, guerras constantes, naciones enemigas, extrañas relaciones familiares... A veces la letra de carga de sangre y venganza, de tormentos de mártires, matanzas de inocentes, maldiciones, plagas... Lo sabemos, pero no es una imagen violenta la que tenemos del Cristianismo; antes al contrario.