Tras hacerle otro traje a Pedro Sánchez, que a cuenta de esta costurera prodigiosa tiene un fondo de armario envidiable, Díaz se apareció a los descartados para encender un candil y mostrarles el camino. En la religión de la sultana, que parece sacada de la Biblia, ella es el camino, la luz del mundo, la buena pastora, la resurrección y la vida y, por supuesto, la vid verdadera, que no podía faltar estando a los pies de una rociera de pura cepa.