No sabemos con seguridad qué va a salir de las elecciones europeas de mañana, pero sí estoy seguro de que lo que vamos a ver es una ampliación del campo de batalla, como dice el título de la novela de Houllebecq. Mañana las fuerzas hegemónicas retrocederán posiciones y sentirán por primera vez en la nuca el aliento de las minorías tradicionales que, a su vez, se verán agitadas por las nuevas propuestas que han surgido en su retaguardia. Mañana el campo será más grande, más plural, más sugerente. La batalla se pone, por fin, interesante.