Propio de ese materialismo histérico es la actitud de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz. Le ha faltado decir: “Si no se hacen las cosas como yo digo, me llevo el Scatergoris”. De momento no le han aceptado pulpo como animal de compañía, pero eso es algo que les importa entre poco y nada. Ya han llorado, ya se han hecho las ofendidas y con eso les vale. Mañana dirán que la situación es compleja y saldrá un mecanismo de “flexiseguridad” de las relaciones laborales en la que la CEOE habrá metido la lijadora. Díaz siempre ha sido muy de desbrozar