Bruselas presume de recuperación, y enfatiza que la salida de la crisis conlleva una clara mejoría de los indicadores sociales en la UE. España es una sonora excepción. El desempleo duplica la media, con malos datos tanto en el paro de larga duración como en el juvenil o en el infraempleo. Las familias, especialmente las más pobres, siguen pasando apuros financieros: España es uno de los pocos países en los que esa variable es aún peor que hace 10 años. Y los ingresos familiares experimentan caídas recientes pese a la mejoría en el empleo.