Arabia Saudí está destrozando el mercado de petróleo vertiendo 11,8 millones de barriles (unos dos millones más que su cuota) a un precio de 50-60 dólares el barril (d/b), es decir, hasta 40 dólares menos que hace unos meses. Si la rebaja es temporal, sólo lo sabe Washington, además de Riad, ya que la fórmula demanda-oferta no explica la situación: la elevada tensión y las guerras que están azotando Oriente Próximo, junto con las fluctuaciones en la oferta de Irak, Libia, Irán, Nigeria y Siria, deberían haber empujado los precios al alza.