Dos vicepresidentas, dos heroínas. Las reinas gobernadoras del ala extraviada y mesiánica del feminismo, las pastoras de un rebaño que no conoce la duda. Las primeras mujeres bonapartistas de nuestro país. Dos señoras que convocan a sus discípulos (hombres y mujeres) a un plebiscito cotidiano y ruidoso, dos sacerdotisas que dan la comunión a sus fieles. María Teresa Fernández de la Vega y María del Carmen Calvo. El amargado Thomas