El futbolista ha declarado tres cosas diferentes: primero dijo que no conocía a la chica a la que presuntamente agredió sexualmente; luego comentó que sí que la había visto pero que no pasó nada y, por último, afirmó que fue ella la que se le tiró encima. Ese mismo medio destaca la chulería en el comportamiento del lateral, con una actitud narcisista, creyéndose impune, durante toda su presencia ante la jueza que instruye su caso.