La trabajadora social del programa Daniela, Ana Moreno, explica que esta realidad es tan dura como cercana, ya que Canarias constituye "un espacio de paso" para estas mujeres "explotadas", que se ven así absorbidas por un entorno de "violencia extrema" que frustra, no solo su pretendido "proceso migratorio", sino que las lleva incluso a enfermar."Hemos visto duplicarse el número de mujeres que han llegado a nosotros buscando alimentos, una habitación donde vivir, medicamentos o ayuda para pagar recibos. Todas tienen hijos o personas a su cargo"