Tras minuciosa labor de investigación, la Guardia Civil averigua que el jefe de los guardas de la sociedad de caza que tenía cedido el terreno agrícola en cuestión, aprovechando su condición y conocimiento de la zona, realizó diversos hechos delictivos, entre ellos, vertidos de sustancias químicas, cortes con serrucho en cultivos de olivar, destrucción de sistemas de riego, provocar incendios en cultivos de trigo e incluso maltrato animal, al ocasionar la muerte a varios perros domésticos usando arma de fuego o sustancias venenosas.