La creación de empleo, muy positiva en sí misma, no se está basando en una superación de los problemas económicos estructurales y en una mejora de la calidad del empleo, sino en una combinación de 1) factores exógenos que impulsan el crecimiento (caída de precios del petróleo, depreciación del euro, política monetaria expansiva del BCE), 2) la expansión de actividades de muy bajo valor añadido, y 3) la desregulación laboral y el hundimiento de la calidad del empleo.