Llamar a casa desde pesqueros españoles fondeados en las costas angoleñas, pasar dos malarias, hacer escala en Rusia, Italia, Turquía, Bélgica y Barcelona para visitar a la familia en Madrid, volar al ras para esquivar los misiles o mantener un aeropuerto en mitad del desierto con casi nada. Son algunas de las experiencias que relatan a Efe estos militares hoy retirados para recordar, en el 30 aniversario de las misiones, cómo fueron esas primeras que casi sonaban a locura.