La vicepresidenta es cada día más poderosa. Su nombre se ha convertido en alternativa para todo. Ya sea para cerrar el paso de Esperanza Aguirre a la alcaldía de Madrid o como delfín de Rajoy, ahora que los nuevos políticos tienen un pasado breve y no han cumplido los 45. Entre los diputados y peperos de pro crece el interés por entrar en el reducido círculo de los Sorayos, el clan que nació alrededor de Sáenz de Santamaría cuando aterrizó, más sola que la una y dispuesta a recibir ayuda, en el Congreso de los Diputados en abril de 2008. Ahora,