Durante la campaña presidencial, algunos imaginaron que los elementos más abiertamente racistas de la plataforma de Donald Trump eran sólo una charla diseñada para irritar a las bases. Pero en su primera semana de gobierno, cuando impuso una prohibición de viajar a siete países mayoritariamente musulmanes, esa ilusión reconfortante desapareció rápidamente. Afortunadamente, la respuesta fue inmediata: las marchas y manifestaciones. Traducción:
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