La compasión por las víctimas de los recientes acontecimientos de París no debería ocultar las nauseas ante todo lo que late tras esos terribles hechos. Hora tras hora los titulares de los informativos vuelven a repetir machaconamente las consignas acostumbradas: barbarie terrorista, atentado a la humanidad, ataque a la democracia y las libertades, lucha contra el mal,