Pero Pujol Jr., como Millet, se seguirá paseando por Barcelona, Andorra, y el mundo entero. No hay riesgo de fuga. Como Millet, en ningún sitio estaría mejor que aquí, indemne e impune. La Abogacía del Estado, en la que manda Montoro, y la Fiscalía General, en la que manda Torres-Dulce, sabrán por qué ese señor es una excepción en la aplicación de la ley.