El último país en renunciar a los vínculos con Taiwán es El Salvador. Poco antes lo habían hecho República Dominicana y Panamá. Quien inició la estampida fue Costa Rica en 2007, en el segundo gobierno de Óscar Arias. Quedan en el redil Guatemala, Belice, Honduras, y, sorprendentemente, Nicaragua. Los cuatro acabarán dándose de baja. Es cuestión de tiempo y de ofertas.