Ocho niños y una mujer adulta han muerto en la isla de Pemba mientras que cerca de un centenar han sido hospitalizadas tras comer carne de tortuga marina, considerada un manjar en Zanzíbar, a pesar de los riesgos de quelonitoxismo, una forma de intoxicación alimentaria causada por el consumo de carne de tortuga marina contaminada con quelonitoxinas, que no afectan al animal, pero sí a las personas. Las autoridades de Zanzíbar enviaron a un equipo de gestión de desastres y ha instado a la población a evitar el consumo de tortugas.