Estoy harto de las monsergas de los radicales que gobiernan Cataluña, pero no solo por su fanatismo ideológico, sino también por su incapacidad como gestores públicos. Ya está bien que Quim Torra, Miquel Buch, Meritxell Budó, entre otros, nos vendan, directa o indirectamente, el bulo que asegura que en una hipotética República Catalana hubiera habido menos muertos por coronavirus, porque habrían tomado antes medidas más eficaces, y habrían evitado la extensión de la pandemia. Su obsesión con culpar al resto de españoles tuvo su momento álgido..