Cuando se habla de EI se suele pensar en Siria, en Irak. En la frontera turca. Se piensa en la expansión por el norte de África y en Libia. No se piensa, seguramente, en Europa, en la UE, de forma directa. Europa como escenario potencial de ataques terroristas. Como sujeto pasivo, distante. Como objetivo, sin grandes diferencias con lo ocurrido en las últimas tres o cuatro décadas. Y es un error.