Nadie duda, sin embargo, de que Quim Torra es casi un verso suelto, solo sujetado por la larga mano de Carles Puigdemont, porque los 'expresident' suelen aferrarse al mando hasta sus últimas exhalaciones. Y en su trayectoria personal e intelectual se entrecruzan influencias culturales de la Renaixença, pero también del humanismo cristiano y, especialmente, de las teorías filofascistas del independentismo catalán el siglo XX.