Rabab Badri acudió asustada al servicio de urgencias del hospital Gregorio Marañón de Madrid el pasado 1 de abril. Estaba dando el pecho a su hijo pequeño cuando descubrió una forma extraña en su mama izquierda. Los profesionales sanitarios que allí le atendieron confirmaron sus sospechas: tenía un bulto de cinco milímetros de “consistencia elástica, móvil”.

Testigos oculares de los trágicos acontecimientos del 2 de mayo en Odessa comparecían en el pleno del Parlamento Europeo. La mayoría de los eurodiputados, para vergüenza de los europeos no oyó las intervenciones. Algunos ni usaban los auriculares de la tradición simultánea, otros se burlaban despatarrados en sus sillones, estaban los que se dedicaban a hablar por teléfono, y estaban los que abiertamente se reían escuchando los terribles detalles de la tragedia. Resultó que diputados no eran más de 15 personas.