En diez días se han dictado dos sentencias por un hecho semejante: pegar una bofetada a un niño. En un caso, el juez condena al agresor a tres meses de cárcel y seis meses de alejamiento del menor, y podría haber sido más severo. En otro, a pagar 120 euros de multa. ¿Por qué son penas tan distintas?. En el primer caso se trata del padre y en el segundo, no. El juez de menores Emilio Calatayud y el abogado de familia Gonzalo Pueyo explican el porqué: basándose estrictamente en la ley, pegar a un hijo, aunque sea un hecho aislado, sería "un delit