Cuando hablamos de violencia de género a veces nos limitamos a hablar de los feminicidios y a veces se nos olvida dejar claro que son sólo la punta del iceberg. La culpabilización de la víctima es uno de los mecanismos más horribles para mantener sujetas a las mujeres y en general, a las personas oprimidas. Opera sin ninguna precisión, como una bomba de racimo: estalla y hace llover mierda sobre todas las opciones de la víctima. Si denuncia porque denuncias falsas, si no lo hace porque haber denunciado, si se queda porque le gusta el maltrato.

La actriz Kalki Koechlin y la modelo Juhi Pande ofrecieron su imagen en esta parodia llena de sarcasmo en respuesta a los consejos que el Gobierno Indio dirigió a las mujeres con el objetivo de “prevenir” las violaciones.

Una de las estrategias más eficaces puestas en marcha por los grandes poderes durante las crisis y emergencias son las los mecanismos de culpabilización social, cuyo objetivo es que las personas interioricen la narración dominante de lo que está sucediendo a fin de evitar cualquier rebelión frente al orden establecido. Dicha estrategia ha sido ampliamente puesta en práctica durante la última década ante el problema de la deuda pública, presentándose a las personas corrientes como últimas responsables de haber sostenido el despilfarro.