Europa ha llegado al punto de arriesgarse a perder una generación entera, la de nuestros jóvenes. Unos 7,5 millones de jóvenes en Europa no tienen trabajo, ni estudian, ni se benefician actualmente de una formación. Las políticas actuales, que el Consejo de Europa dice relanzar en cada ocasión a nivel económico, industrial y energético, son malas políticas porque desde 2008 el desempleo ha aumentado en 10 millones de personas en la Unión Europea y afecta hoy a más de 26 millones de ciudadanos europeos. Las buenas palabras no bastan.