La cotización de los principales criptoactivos se resiente ante las dudas sobre las cuentas financieras sobre una de las principales plataformas de intercambio.

Los inversores en bitcoin y otras criptomonedas se las prometían felices durante el verano. Se mantenían niveles incluso con las sucesivas subidas de tipos de interés de los bancos centrales y con una inflación en máximos de cuatro décadas.

Samuel Bankman-Fried era milmillonario antes de cumplir los 30 años. Cara aniñada, pelo rizado, genio de las matemáticas y bermudas como look habitual. El mote de “el Mark Zuckerberg de las criptomonedas” era inevitable. Aunque él dice que no le gusta, su salvaje irrupción en el sector creando de la nada una de las mayores plataformas de intercambio y amasando la mayor criptofortuna del mundo (26.500 millones de dólares hace justo un año, según Forbes) conectaba demasiado bien con el imaginario colectivo de niño gurú de la tecnología blockchain

Una investigación interna de FTX habría revelado que Sam Bankman-Fried implementó una puerta trasera para desviar fondos de clientes.

El derrumbe de la plataforma FTX deja más de un millón de afectados en todo el mundo, muchos de ellos en España

Sam Bankman-Fried era el fundador de FTX.com, el segundo echange de criptomonedas más grande del mundo. Sin embargo, una noticia de CoinDesk hizo que su castillo de naipes se viniera abajo: su otra empresa, Alameda Research, tenía como gran parte de sus activos el token FTT. Un token creado por FTX. Inventado por él mismo. Creado desde el aire. Esa noticia creo una serie de rumores, noticias, y reacciones de CZ (dueño de Binance), que provocaría una corrida bancaria y la consecuente bancarrota de FTX.