Había expectación por conocer las últimas voluntades del marqués de Griñón, un hombre que ha demostrado su singularidad hasta el fin de sus días, y no ha defraudado. Carlos Falcó ha querido que sea Tamara, la hija que tuvo con Isabel Preysler y la más popular, quien ostente el título nobiliario con el que él era conocido y que dio nombre también a sus prestigiosos caldos. Así lo dejó dispuesto en vida y así se hará de forma oficial en cuanto se cumplan los plazos legales.