A Podemos le están haciendo más daño las deserciones y críticas internas que los ataques de la derecha mediática basados en los supuestos fraudes de Monedero y Errejón. La cúpula, cada día más alejada del suelo, ha actuado de manera contraproducente. El motivo, tal vez, sea el vértigo que produce subir en las encuestas y ver que la caída puede ser dura. La impotencia de Iglesias sentado en su escaño, sin mayoría y sin alianzas, podría plasmarse en un lienzo que llevara por título El hundimiento de los soberbios.